jueves, 21 de noviembre de 2013

EXAMEN CAVIDAD ORAL


Examen de la cavidad oral

Estudios realizados revelan que la mayoría de animales con alteraciones dentales son asintomáticos y estas solo se evidencian con un examen posmortem, por eso el propósito de un examen odontológico es evaluar la presencia de una patología y así conocer las posibles consecuencias en salud y bienestar (Pence, 2002).

Además, se ha comprobado que el examen bucal y dental regular, que forma parte de un examen físico completo, no es suficiente para detectar la mayor parte de los problemas orales que infortunadamente se manifiestan con signos inespecíficos y en otros sistemas corporales (Ardila y Montoya, 2009).

Para esto inicialmente debe obtenerse una historia apropiada en la que se indaguen los hábitos de la dieta, cualquier evidencia de desperdicio del alimento en la boca durante la masticación, vicios o halitosis, edad del animal (Navarrete, 2008).

Como implementos básicos para realizar un buen examen clínico odontológico se requieren: un buen cabezal o jaquimón, abrebocas, linterna, retractores de mejillas, antiséptico diluido, jeringas, toallas de papel, temporizador y, finalmente, mucho más especializado y solo si está disponible, endoscopio de fibra óptica flexible (Pence, 2002).

Se necesitan cuidados básicos del área de trabajo como dejarla libre de objetos tales como carretillas, rastrillos, madera, escombros, mantas, alimento o recipientes, bebederos, agua, mangueras; de igual manera, se debe aprender a reconocer si el animal está excitado, nervioso, con ira, relajado o tranquilo ya que esto puede influir en la toma de decisiones para realizar una sedación; para este propósito se pueden emplear detomidina, butorfanol y xilazina, los dos primeros causan menos ataxia y son de acción más prolongada, mientras que la xilazina es de acción más corta y más económica. Se puede emplear una mezcla de 0,5 mg/kg de xilazina y 2 µ/kg de detomidina o 0,5 µ/kg butorfanol en el inicio del procedimiento, continuando con pequeñas dosis de xilazina a una dosis de 0,5 - 0,75 mg/kg como mantenimiento. Se debe tener en cuenta que todos los caballos son diferentes en cuanto a su tolerancia a los sedantes, por ejemplo, los ponis y caballos miniatura requieren una dosis superior al promedio, en cambio los caballos de tiro pueden necesitar una dosis más baja de lo esperado para su tamaño (Pence, 2002).

Es posible también realizar este examen bajo efectos de la xilazina (1,1 mg/kg) junto con ketamina (2,2 mg/kg) que permiten una sedación más rápida y práctica en el momento del examen (Navarrete, 2008).
El examen inicial debe comenzar con la inspección visual de los incisivos identificando anormalidades de la mordida como braquignatismo, prognatismo, maxilar corto, también la existencia de dientes deciduos. Si es así, debe determinarse si esos dientes están por caerse. De la misma forma, debe buscarse la presencia de dientes supernumerarios y bordes afilados en los incisivos (Navarrete, 2008).

Posteriormente, se deben escuchar los ruidos de oclusión que se forman durante el movimiento y roce de la mandíbula y el maxilar (figura 8), de manera tal que se vaya estructurando un diagnóstico; así mismo, durante la inspección se debe obligar a realizar estos movimientos mecánicamente alineando los incisivos de forma neutra (superiores e inferiores), se debe mover la mandíbula hacia un lado ya sea izquierdo o derecho, y se observa si hay o no irregularidades de movimiento; esto se repite al lado contrario y se compara (Pence, 2002).


Figura 8.- Examen de oclusión dental manual moviendo la mandibula de un equino hacia la derecha del médico examinador

Fuente:Pence(2002)


Además, por medio de la palpación externa a través de las mejillas se puede detectar la presencia de bordes afilados en las caras bucales de los dientes, cerca de las mejillas, en particular en la arcada superior (Navarrete, 2008).

Es posible realizar un examen visual, que puede ser a dos manos, en donde solo se retira del espacio central la lengua del animal para así poder sentir los dientes y las arcadas dentarias en el lado opuesto al que se está sujetando la lengua, se puede emplear una pequeña linterna que facilite la inspección de la arcada dental contraria al lado que se está iluminando; en el examen a una mano se hace una palpación del espacio interdental usando el dedo pulgar e índice para sentir el estado de las superficies bucales, linguales y mesiales de los dientes; así mismo, se pueden examinar mucosas, encías y partes de la lengua. En esta palpación debe notarse la presencia de diente de lobo, si hay o no irritación local, y presencia de bordes afilados en los primeros premolares (Navarrete, 2008).

Deben detallarse todo tipo de lesiones y pérdidas de continuidad que se encuentren en la cavidad oral tanto en carrillos, encías y lengua, pues muchas de estas pueden ser causadas por el tipo de freno o bocado que utilice el caballo —el cual puede que no sea el adecuado— ocasionando molestia e incomodidad para moverse y realizar sus actividades cotidianas (Dixon, 2000).

El uso del abrebocas (figura 9) permite mayor seguridad tanto para el clínico como para el caballo, y mantiene la boca abierta favoreciendo el manejo del animal que lleva a una mejor observación de las arcadas dentales y permite de una forma más clara el examen de los premolares y molares con detalle. Existen dos tipos de abrebocas, el de Schoupe espiral y el de Hausmann, este último es más útil para limar premolares y molares (figura 10) (Navarrete, 2008).





Figura 9.- Examen dental demostrativo empleando abrebocas
Fuente:Dixon(2000)





Figura 10.-Abrebocas tipo Hausmann el cual cubre los incisivos y permite mantener la boca abierta y examinar premolares y molares

Fuente: Dixon(2000)


Finalmente, el examen clínico de la cavidad oral no debe basarse solo en la observación, sino también en la percusión (de senos nasales y paranasales) y en ayudas diagnósticas que permitan el hallazgo de problemas dentales que no son visibles o sintomáticos, como el uso de radiografías, endoscopia y, en casos necesarios, tomografía axial computarizada (Ardila y Montoya, 2009).

En nuestro medio, la radiografía es de más fácil acceso (figura 11) ya que se requiere de un equipo portátil y del equino tranquilizado y en estación en los casos en que se toman radiografías latero-laterales; para las vistas más útiles y precisas—dorso-ventrales y oblicuas—, que van a permitir un mejor detalle a la hora de evaluar cráneo y dientes, se requiere de anestesia general del ejemplar (Navarrete, 2008).

Además, existen casetes especializados intraorales que permiten una mejor calidad de imagen de la anatomía dental y periodontal para realizar un diagnóstico preciso y de esta forma poder planear con más exactitud un tratamiento; igualmente, se emplean tierras raras que permiten menor exposición y menos tiempo de exposición a la radiación, esto hace que movimientos pequeños por parte del paciente no pongan en riesgo la calidad de la imagen (Klugh, 2003).




Figura11.-Radiografia lateral de una hemimandibula de un equino de 15 meses de edad:muestra el primer molar terminando su erupción(4) y el desarrollo del segundo(5) caudal a este

Fuente:Dixon(2002)


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