jueves, 21 de noviembre de 2013

MORFOLOGIA


Morfología, anatomía y fisiología dental

Es importante destacar algunos aspectos fundamentales en la morfología y anatomofisiología de los caballos, con el fin de comprender aspectos patológicos que se abarcarán posteriormente. Como cualquier mamífero adulto, los equinos presentan cuatro grupos de dientes conocidos como incisivos, caninos, premolares y molares, pero distribuidos en forma diferente, en la dentición decidua y permanente, cuando se comparan con el ser humano. Es importante destacar que algunos caballos presentan un diente típico de la especie conocido como diente de lobo.

En la dentición decidua, los incisivos centrales, medios y laterales erupcionan en el nacimiento o a los pocos días. La erupción de los dientes deciduos y permanentes, se puede emplear para estimar la edad de los caballos de hasta 5 años de edad, con un grado de exactitud confiable. La dentición decidua contiene 6 incisivos superiores, 6 molares superiores, 6 incisivos inferiores y 6 molares inferiores.

En los permanentes la fórmula dental está constituida por 36 o 44 dientes, de acuerdo con la presencia y el número de caninos o premolares (dientes de lobo).A diferencia de la nomenclatura dental humana, la equina regida por el Sistema Triadan Modificado, usa 3 dígitos para identificar cada diente, abarcando desde el 101, que corresponde al incisivo central derecho, hasta el 411, que identifica el tercer molar inferior derecho.

Los caballos muestran una característica morfológica conocida como infundíbulo, presente en todos los incisivos, y señalada también como copa incisal. Esta estructura en embudo tiene forma ovalada y una profundidad aproximada de 10 mm durante la erupción inicial.

Las variaciones en el aspecto de los incisivos también se deben a diferencias entre razas, aspectos individuales, alimenticios, ambientales, tiempos de erupción, índices de mineralización, profundidad del infundíbulo adamantino, cantidad de cemento infundibuIar y presencia de ciertas conductas estereotipadas como morder el pesebre y “aspirar el viento”.

Los dientes caninos deciduos son estructuras vestigiales en forma de espiga de 0,5 a 1 cm de longitud que no erupcionan. Son dientes simples (no contienen cemento coronal ni pliegues de esmalte) cónicos y tienen una curva orientada en dirección caudal.


Los equinos, según su dentición, son clasificados como difiodontos, ya que tienen dos juegos dentales, los temporales o de leche que solo incluyen incisivos y premolares, y dientes permanentes que son secundarios o adultos (Dixon, 2002).

Como mamíferos tienen cuatro grupos de dientes: incisivos, caninos, premolares (PM) y molares (M) desde una vista rostro-caudal; estos dos últimos son confundidos con facilidad ya que morfológicamente son casi idénticos y su función principal es triturar el alimento, por tanto, en muchos casos los premolares y molares se conocen como "dientes de la mejilla" (Baker y Easley, 2005; Pence, 2002).

Cada grupo de dientes tiene ciertas características morfológicas y, por ende, tienen una función que los caracteriza. Los incisivos son específicos para la aprehensión y el corte de los alimentos, los caninos son empleados en caso de defensa o ataque, y los premolares y molares actúan como molinos para triturar lo que el equino ha ingerido (Baker y Easley, 2005).





Figura 1.- Cráneo del equino





Figura 2.- Incisivos del equino


Los dientes tienen componentes básicos que indican su estado, y que constituyen la estructura anatómica que los mantiene funcionales, entre estos se encuentra el cemento dental que cubre la superficie externa del diente antes de la erupción y llena el infundíbulo de incisivos y molares. No tiene suministro de sangre después de la erupción y sirve para rellenar irregularidades de la superficie y proteger el esmalte (Pence, 2002).

El esmalte es una sustancia inerte, no un tejido vivo, y por tanto no puede reproducirse o repararse a sí mismo. Este protege y permite que los bordes expuestos no actúen como autocortantes (Pence, 2002).


La pulpa es un tejido irrigado e inervado que alimenta a la dentina y da capacidades sensoriales al diente, esto es muy importante ya que cuando hay irritación o alteración dental la pulpa aumenta la producción de dentina para proteger el área afectada (figura 4) (Pence, 2002).





Figura 3.- Vista longitudinal de un diente maxilar de un equino joven

Fuente: Baker y Easley(2005)







Figura 4.- Estructura de un incisivo permanente y sus cambios de rasamiento a través del tiempo

Fuente:Pence(2002)

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